El estimado compañero Kim Jong Un pronunció el día 21 en la ceremonia inaugural de la Exhibición de Armamentos "Desarrollo de Defensa Nacional-2024" un discurso conmemorativo que sigue:
Queridos compañeros y amigos:
Hoy celebramos aquí una exhibición de los éxitos logrados en un año en el sector de la defensa nacional, en un momento emocionante en que se nos acercan como resultado de ingentes esfuerzos de 2024 los frutos preciosos que hemos recogido en los quehaceres estatales y en todos los dominios de la construcción socialista.
Ante todo, expreso mi sincero agradecimiento a los miembros del sector correspondiente y los auxiliares de la exposición que hicieron muchos esfuerzos por sus preparativos.
Es magnífico el local de la exhibición.
Al recorrer la exposición que sintetiza el notable incremento de nuestra capacidad de defensa nacional que nos provoca una nueva sensación al cabo de un año, podremos evaluar satisfactoriamente la labor del sector de la industria de defensa en constante ascenso.
Extiendo mi agradecimiento a los cuadros que se encargan del sector de defensa nacional y que cada año hacen aportes excepcionales a lograr éxitos asombrosos en el desarrollo de nuestras fuerzas armadas, entre otros el general de ejército Kim Jong Sik, el general de ejército Jang Chang Ha, el presidente Ko Pyong Hyon, el director Kim Yong Hwan y el rector Jon Il Ho, así como al colectivo de científicos y técnicos de defensa nacional y a los funcionarios y obreros de las empresas de industria armamentista pertenecientes al Comité Económico No.2.
Últimamente se han producido profundos cambios en el sector de la ciencia y técnica de nuestra defensa nacional y muchos problemas científicos y técnicos han sido resueltos por nuestras propias fuerzas, el colectivo de la investigación científica del sector.
Como testigo ocular de este proceso de cambios, me he convencido más de la capacidad de nuestro colectivo científico-técnico y he comprobado el futuro y potencialidad ilimitados de la República Popular Democrática de Corea, que ha alcanzado un avance dignificante y sin par en el sector de la industria de cerebro.
Estoy seguro de que es el resultado de la perfecta combinación de la superioridad nacional y la política de formar acertadamente a los talentos y movilizarlos de forma concentrada.
Aunque los sistemas de armas aquí exhibidos tienen diferentes misiones, resumen los últimos logros científicos y técnicos de la defensa nacional y las potencialidades de esta economía y sus tecnologías se han adquirido por nuestros propios recursos, es decir, por nuestras propias fuerzas. A esto quisiera atribuir una connotación especial.
Efectivamente, se han dado cambios importantes en los últimos años.
Todo lo que vemos hoy registra orgullosamente los logros de un año en la revolución de la industria de defensa nacional en el nuevo siglo que nuestro Partido planteó y lleva adelante. De esta forma, hemos proclamado más alto la justeza y vitalidad de la idea de autodefensa de nuestro Partido consistente en salvaguardar con nuestras propias fuerzas el Estado, el pueblo y la causa revolucionaria, y hemos dado un paso decisivo para la conquista de la meta de construcción de defensa nacional presentada por el VIII Congreso del Partido.
A la exposición le añade más peso práctico y significación político-militar el hecho de que ella sea fruto del desarrollo de la defensa nacional que hemos logrado con la respuesta de la fuerza a la fuerza y la rivalidad frontal como ejercicio de la soberanía en el 2024, año récord de la perversa oposición y las aventureras acciones militares de Estados Unidos y sus aliados.
Mediante los resonantes éxitos que logramos año tras año constatamos la gran potencialidad y velocidad de desarrollo del sector. Nos bastan con ellas para confiar en nuestra capacidad y seguridad de encarar con iniciativa no solo las actuales amenazas enemigas de toda índole sino también las futuras amenazas de seguridad.
Al fin y al cabo, nuestra industria de defensa nacional se ha renovado como industria con tecnología punta que sostiene de manera más adecuada y consecuente las acciones militares que requieren cada etapa, periodo y circunstancia de la revolución, y se ha erigido como baluarte estratégico que defiende con firmeza la posición de nuestro Estado que es una potencia militar.
Nuestro avanzado sector científico-técnico de defensa nacional y la base técnica de nuestra economía armamentista producen un efecto positivo y juegan el papel orientador en la transformación de la estructura de toda la industria nacional.
Compañeros:
Para que los armamentos aquí exhibidos, éxitos del presente año, pudieran exponerse orgullosamente en este lugar, tuvieron que recorrer una trayectoria penosa, que no fue simplemente la suma de las horas sino la de récords, los cuales acompañaron, todos sin excepción, arduas exploraciones e investigaciones.
Si bien pudiéramos equipararlos con otros más sofisticados del mundo en cuanto al diseño, el nivel de fabricación, la calidad de materiales y los datos técnicos, sería difícil apreciar su verdadero valor en toda su magnitud.
Llevan impregnado el noble espíritu del colectivo científico-técnico de defensa nacional y los obreros de la industria armamentista quienes, en medio de las brutales sanciones y bloqueo sin precedentes del enemigo empeñado en sofocar nuestra independiente industria de defensa nacional y en una situación difícil en que todo escasea, toman plena conciencia de la gran esperanza del Partido y el pueblo que consideran el mayor fortalecimiento de la defensa nacional como máxima expresión del patriotismo y espíritu revolucionario y asumen como un deber propio de ellos entregarse en cuerpo y alma a esa obra.
Por todo ello, así como por su justo propósito, carácter, espíritu indomable y disposición de lucha sin parangón, nuestros armamentos son miles de veces más poderosos, mejor dicho, tienen un poder incomparable con aquellos fabricados por complejos de la industria bélica de Estados imperialistas que tienen por objetivo la masacre, la destrucción y las ganancias económicas.
Compañeros:
Hoy nuestra República ha emergido como un eje poderoso que ejerce su influencia sobre los cambios de la situación político-militar mundial apoyándose en el absoluto prestigio y poderío que se ha ganado con su idea revolucionaria, causa justa y esfuerzo tesonero.
Sin la inteligencia y el valor extraordinarios y sin los constantes empeños con que superamos las etapas de la ardua exploración y salto, no podemos asegurar nuestra realidad en constante cambio y nuestro futuro que se avecina.
Ahora somos testigos del mundo más caótico y violento que se ha visto jamás después de la Segunda Guerra Mundial.
Las cínicas artimañas de Estados Unidos para poner a todo el planeta dentro de la esfera de sus intereses, así como los distintos antagonismos y contradicciones que ellas originaron, han traspasado el punto crítico de la explosión, traduciéndose en guerras en sumo grado injustas y crueles y hecatombes devastadoras.
Los preceptos internacionales que fueron instituidos para respetar el territorio de cada país y la soberanía de cada nación y preservar la paz y seguridad del mundo y que obedecen a esa finalidad se han vuelto, por decirlo así, confusos debido a las acciones irreflexivas y arbitrarias de las fuerzas dominantes.
Como hace casi un siglo en que la alianza fascista de Europa y Asia formó un gran barullo de alcance planetario, hoy en día otra alianza reaccionaria de Occidente y Oriente intenta, bajo la batuta del imperio norteamericano, implantar a escala mundial un orden tiránico que responde a su insaciable ambición.
En especial, EE.UU. amplía el sistema de la alianza militar que comparte los artefactos nucleares en un afán de frenar el progresivo poderío de nuestra República, reto irremediable a su política de dominación, y mantener y reforzar su influencia sobre los países seguidores. Por otra parte, tiene emplazados en los alrededores de nuestro Estado colosales medios de ataque estratégico y efectivos de los países aliados e intensifica al máximo la presión y la amenaza militares.
Nunca antes la Península Coreana ha encarado una situación en que el peligrosísimo y tenso enfrentamiento de las partes contrincantes presagia la más destructiva guerra termonuclear.
Otro hecho que a estas alturas no podemos dejar de pasar por alto es que la excesivamente crítica situación creada en la región de la península jamás ha sido engendrada por un malentendido.
Ya hicimos con Norteamérica toda una carrera de negociaciones y el resultado fue nuestro convencimiento de la intransigente posición de fuerza de la superpotencia –no la voluntad de la coexistencia– y de su inmutable política hacia Corea de carácter agresivo y hostil.
Hace tiempo que al mundo le parece un tanto extraño el habitual sermón de los politiqueros norteamericanos de que Estados Unidos no es jamás hostil hacia la RPD de Corea.
La perversa ambición de EE.UU. y sus acólitos de suprimir a toda costa nuestra ideología y sistema y exterminar a nuestro pueblo sigue siendo la misma de siempre. Mejor dicho: en este siglo irrumpe en la fase de insensata realización.
En un mundo como el actual que se ha caldeado al extremo por la colisión de fuerzas militares, un país que renuncia a la autodefensa no es un Estado soberano en el sentido más estricto de la expresión y está condenado a ser víctima del despotismo y a la catástrofe impuesta por los invasores.
Todos los hechos nos enseñan cada día y a cada instante que la gran capacidad de defensa nacional con que podemos superar al enemigo es el único medio de defensa de la paz y la única garantía de la estabilidad y el desarrollo duraderos.
Una vez más aclaro que nuestro Partido y Gobierno jamás estarán de brazos cruzados ante las violaciones de la esfera de seguridad del Estado ni quitarán por su propia iniciativa la pesa de la balanza militar.
Seguiremos actuando categóricamente para eliminar todas las amenazas militares contra nuestro Estado y pueblo e invalidaremos totalmente el intento enemigo del uso de la fuerza con el continuo incremento de nuestra capacidad de defensa nacional y el ejercicio legítimo de nuestra soberanía.
Compañeros:
Consolidar nuestra fuerza sin interrupción y sin límites y aumentar de manera sostenida nuestra gran capacidad de disuadir la guerra y desenvolvernos en ella, con la cual podemos defender con responsabilidad la soberanía, los intereses y el ambiente de seguridad de nuestro Estado, son requisitos indispensables y permanentes que plantea el lineamiento de la construcción de autodefensa nacional de nuestro Partido.
En estos momentos el enemigo también sigue afilando la espada y evoluciona.
Por lo tanto, solo cuando demos saltos sin igual con nuestros propios recursos, podemos impedir el choque militar con el enemigo y tomar la iniciativa estratégica en el control de la situación político-militar.
La aspiración y voluntad de perseguir un poderío infinito sin sentirnos satisfechos con el de hoy, nos prometen nuestra auténtica potencialidad y avalan con certeza la seguridad del Estado.
Con esta exhibición de armamentos no pretendemos solamente repasar la historia ni felicitarnos por el nivel que hemos alcanzado, sino subrayar la necesidad de anticipar los cambios importantes en la capacidad de defensa nacional con los adelantos vertiginosos de la industria de autodefensa y elevar notablemente su posición y papel estratégicos.
Mientras existan las fuerzas que atentan contra nuestra soberanía y persistan las maniobras aviesas de los enemigos, considero que debemos seguir renovando y sofisticando los armamentos de diversos tipos, a tal grado que exige el ambiente de seguridad de nuestro Estado bajo amenaza y que nos insinúan los cambios que percibimos en los actuales campos de batalla.
En correspondencia con las nuevas modalidades de la guerra moderna y los métodos bélicos del enemigo que varían cada vez con mayor peligrosidad, nos proponemos evolucionar de manera más ofensiva y sin límites nuestra capacidad de defensa, modernizar en lo técnico a nuestro ejército y equiparlo con más medios potentes.
El mundo cambia constantemente con el rápido desarrollo científico y técnico y es muy grande la influencia de este cambio importante sobre la seguridad de cada Estado.
Tener que adaptarse y enfrentarse con rapidez y agilidad a los cambios del mundo objetivo constituye hoy en día una característica de la misión principal del sector de defensa nacional y su rumbo de desarrollo.
La capacidad militar se debe renovar sin interrupción.
El detenimiento de la fortaleza militar significa el inicio de la debilidad de defensa.
Nuestro Partido y Gobierno prestarán más atención y meditarán más a este respecto, proyectarán más labores de largo alcance y las materializarán con iniciativa.
Compañeros:
Debemos avanzar firme, invariable y más vigorosamente en apoyo a la línea de autodefensa, cuya cientificidad y poderío fueron confirmados en nuestra prolongada práctica revolucionaria. Esto nos promete la eterna seguridad y futuro de nuestro Estado y pueblo.
Allanar el camino y la voluntad que esto implica son nuestra mayor dignidad, orgullo y gloria.
Nuestro Partido y el Gobierno se dedicarán de lleno a cultivar mayor capacidad militar y técnica y poseer mayor fuerza militar y con esa enorme capacidad defenderán a nuestra patria gloriosa, la República Popular Democrática de Corea.
Deseo que todos los compañeros que han participado en la ceremonia de hoy pasen momentos gratos recorriendo la exhibición con el orgullo merecido de nuestra capacidad de defensa nacional y con el optimismo y la convicción de su desarrollo duradero.
Gracias.
Queridos compañeros y amigos:
Hoy celebramos aquí una exhibición de los éxitos logrados en un año en el sector de la defensa nacional, en un momento emocionante en que se nos acercan como resultado de ingentes esfuerzos de 2024 los frutos preciosos que hemos recogido en los quehaceres estatales y en todos los dominios de la construcción socialista.
Ante todo, expreso mi sincero agradecimiento a los miembros del sector correspondiente y los auxiliares de la exposición que hicieron muchos esfuerzos por sus preparativos.
Es magnífico el local de la exhibición.
Al recorrer la exposición que sintetiza el notable incremento de nuestra capacidad de defensa nacional que nos provoca una nueva sensación al cabo de un año, podremos evaluar satisfactoriamente la labor del sector de la industria de defensa en constante ascenso.
Extiendo mi agradecimiento a los cuadros que se encargan del sector de defensa nacional y que cada año hacen aportes excepcionales a lograr éxitos asombrosos en el desarrollo de nuestras fuerzas armadas, entre otros el general de ejército Kim Jong Sik, el general de ejército Jang Chang Ha, el presidente Ko Pyong Hyon, el director Kim Yong Hwan y el rector Jon Il Ho, así como al colectivo de científicos y técnicos de defensa nacional y a los funcionarios y obreros de las empresas de industria armamentista pertenecientes al Comité Económico No.2.
Últimamente se han producido profundos cambios en el sector de la ciencia y técnica de nuestra defensa nacional y muchos problemas científicos y técnicos han sido resueltos por nuestras propias fuerzas, el colectivo de la investigación científica del sector.
Como testigo ocular de este proceso de cambios, me he convencido más de la capacidad de nuestro colectivo científico-técnico y he comprobado el futuro y potencialidad ilimitados de la República Popular Democrática de Corea, que ha alcanzado un avance dignificante y sin par en el sector de la industria de cerebro.
Estoy seguro de que es el resultado de la perfecta combinación de la superioridad nacional y la política de formar acertadamente a los talentos y movilizarlos de forma concentrada.
Aunque los sistemas de armas aquí exhibidos tienen diferentes misiones, resumen los últimos logros científicos y técnicos de la defensa nacional y las potencialidades de esta economía y sus tecnologías se han adquirido por nuestros propios recursos, es decir, por nuestras propias fuerzas. A esto quisiera atribuir una connotación especial.
Efectivamente, se han dado cambios importantes en los últimos años.
Todo lo que vemos hoy registra orgullosamente los logros de un año en la revolución de la industria de defensa nacional en el nuevo siglo que nuestro Partido planteó y lleva adelante. De esta forma, hemos proclamado más alto la justeza y vitalidad de la idea de autodefensa de nuestro Partido consistente en salvaguardar con nuestras propias fuerzas el Estado, el pueblo y la causa revolucionaria, y hemos dado un paso decisivo para la conquista de la meta de construcción de defensa nacional presentada por el VIII Congreso del Partido.
A la exposición le añade más peso práctico y significación político-militar el hecho de que ella sea fruto del desarrollo de la defensa nacional que hemos logrado con la respuesta de la fuerza a la fuerza y la rivalidad frontal como ejercicio de la soberanía en el 2024, año récord de la perversa oposición y las aventureras acciones militares de Estados Unidos y sus aliados.
Mediante los resonantes éxitos que logramos año tras año constatamos la gran potencialidad y velocidad de desarrollo del sector. Nos bastan con ellas para confiar en nuestra capacidad y seguridad de encarar con iniciativa no solo las actuales amenazas enemigas de toda índole sino también las futuras amenazas de seguridad.
Al fin y al cabo, nuestra industria de defensa nacional se ha renovado como industria con tecnología punta que sostiene de manera más adecuada y consecuente las acciones militares que requieren cada etapa, periodo y circunstancia de la revolución, y se ha erigido como baluarte estratégico que defiende con firmeza la posición de nuestro Estado que es una potencia militar.
Nuestro avanzado sector científico-técnico de defensa nacional y la base técnica de nuestra economía armamentista producen un efecto positivo y juegan el papel orientador en la transformación de la estructura de toda la industria nacional.
Compañeros:
Para que los armamentos aquí exhibidos, éxitos del presente año, pudieran exponerse orgullosamente en este lugar, tuvieron que recorrer una trayectoria penosa, que no fue simplemente la suma de las horas sino la de récords, los cuales acompañaron, todos sin excepción, arduas exploraciones e investigaciones.
Si bien pudiéramos equipararlos con otros más sofisticados del mundo en cuanto al diseño, el nivel de fabricación, la calidad de materiales y los datos técnicos, sería difícil apreciar su verdadero valor en toda su magnitud.
Llevan impregnado el noble espíritu del colectivo científico-técnico de defensa nacional y los obreros de la industria armamentista quienes, en medio de las brutales sanciones y bloqueo sin precedentes del enemigo empeñado en sofocar nuestra independiente industria de defensa nacional y en una situación difícil en que todo escasea, toman plena conciencia de la gran esperanza del Partido y el pueblo que consideran el mayor fortalecimiento de la defensa nacional como máxima expresión del patriotismo y espíritu revolucionario y asumen como un deber propio de ellos entregarse en cuerpo y alma a esa obra.
Por todo ello, así como por su justo propósito, carácter, espíritu indomable y disposición de lucha sin parangón, nuestros armamentos son miles de veces más poderosos, mejor dicho, tienen un poder incomparable con aquellos fabricados por complejos de la industria bélica de Estados imperialistas que tienen por objetivo la masacre, la destrucción y las ganancias económicas.
Compañeros:
Hoy nuestra República ha emergido como un eje poderoso que ejerce su influencia sobre los cambios de la situación político-militar mundial apoyándose en el absoluto prestigio y poderío que se ha ganado con su idea revolucionaria, causa justa y esfuerzo tesonero.
Sin la inteligencia y el valor extraordinarios y sin los constantes empeños con que superamos las etapas de la ardua exploración y salto, no podemos asegurar nuestra realidad en constante cambio y nuestro futuro que se avecina.
Ahora somos testigos del mundo más caótico y violento que se ha visto jamás después de la Segunda Guerra Mundial.
Las cínicas artimañas de Estados Unidos para poner a todo el planeta dentro de la esfera de sus intereses, así como los distintos antagonismos y contradicciones que ellas originaron, han traspasado el punto crítico de la explosión, traduciéndose en guerras en sumo grado injustas y crueles y hecatombes devastadoras.
Los preceptos internacionales que fueron instituidos para respetar el territorio de cada país y la soberanía de cada nación y preservar la paz y seguridad del mundo y que obedecen a esa finalidad se han vuelto, por decirlo así, confusos debido a las acciones irreflexivas y arbitrarias de las fuerzas dominantes.
Como hace casi un siglo en que la alianza fascista de Europa y Asia formó un gran barullo de alcance planetario, hoy en día otra alianza reaccionaria de Occidente y Oriente intenta, bajo la batuta del imperio norteamericano, implantar a escala mundial un orden tiránico que responde a su insaciable ambición.
En especial, EE.UU. amplía el sistema de la alianza militar que comparte los artefactos nucleares en un afán de frenar el progresivo poderío de nuestra República, reto irremediable a su política de dominación, y mantener y reforzar su influencia sobre los países seguidores. Por otra parte, tiene emplazados en los alrededores de nuestro Estado colosales medios de ataque estratégico y efectivos de los países aliados e intensifica al máximo la presión y la amenaza militares.
Nunca antes la Península Coreana ha encarado una situación en que el peligrosísimo y tenso enfrentamiento de las partes contrincantes presagia la más destructiva guerra termonuclear.
Otro hecho que a estas alturas no podemos dejar de pasar por alto es que la excesivamente crítica situación creada en la región de la península jamás ha sido engendrada por un malentendido.
Ya hicimos con Norteamérica toda una carrera de negociaciones y el resultado fue nuestro convencimiento de la intransigente posición de fuerza de la superpotencia –no la voluntad de la coexistencia– y de su inmutable política hacia Corea de carácter agresivo y hostil.
Hace tiempo que al mundo le parece un tanto extraño el habitual sermón de los politiqueros norteamericanos de que Estados Unidos no es jamás hostil hacia la RPD de Corea.
La perversa ambición de EE.UU. y sus acólitos de suprimir a toda costa nuestra ideología y sistema y exterminar a nuestro pueblo sigue siendo la misma de siempre. Mejor dicho: en este siglo irrumpe en la fase de insensata realización.
En un mundo como el actual que se ha caldeado al extremo por la colisión de fuerzas militares, un país que renuncia a la autodefensa no es un Estado soberano en el sentido más estricto de la expresión y está condenado a ser víctima del despotismo y a la catástrofe impuesta por los invasores.
Todos los hechos nos enseñan cada día y a cada instante que la gran capacidad de defensa nacional con que podemos superar al enemigo es el único medio de defensa de la paz y la única garantía de la estabilidad y el desarrollo duraderos.
Una vez más aclaro que nuestro Partido y Gobierno jamás estarán de brazos cruzados ante las violaciones de la esfera de seguridad del Estado ni quitarán por su propia iniciativa la pesa de la balanza militar.
Seguiremos actuando categóricamente para eliminar todas las amenazas militares contra nuestro Estado y pueblo e invalidaremos totalmente el intento enemigo del uso de la fuerza con el continuo incremento de nuestra capacidad de defensa nacional y el ejercicio legítimo de nuestra soberanía.
Compañeros:
Consolidar nuestra fuerza sin interrupción y sin límites y aumentar de manera sostenida nuestra gran capacidad de disuadir la guerra y desenvolvernos en ella, con la cual podemos defender con responsabilidad la soberanía, los intereses y el ambiente de seguridad de nuestro Estado, son requisitos indispensables y permanentes que plantea el lineamiento de la construcción de autodefensa nacional de nuestro Partido.
En estos momentos el enemigo también sigue afilando la espada y evoluciona.
Por lo tanto, solo cuando demos saltos sin igual con nuestros propios recursos, podemos impedir el choque militar con el enemigo y tomar la iniciativa estratégica en el control de la situación político-militar.
La aspiración y voluntad de perseguir un poderío infinito sin sentirnos satisfechos con el de hoy, nos prometen nuestra auténtica potencialidad y avalan con certeza la seguridad del Estado.
Con esta exhibición de armamentos no pretendemos solamente repasar la historia ni felicitarnos por el nivel que hemos alcanzado, sino subrayar la necesidad de anticipar los cambios importantes en la capacidad de defensa nacional con los adelantos vertiginosos de la industria de autodefensa y elevar notablemente su posición y papel estratégicos.
Mientras existan las fuerzas que atentan contra nuestra soberanía y persistan las maniobras aviesas de los enemigos, considero que debemos seguir renovando y sofisticando los armamentos de diversos tipos, a tal grado que exige el ambiente de seguridad de nuestro Estado bajo amenaza y que nos insinúan los cambios que percibimos en los actuales campos de batalla.
En correspondencia con las nuevas modalidades de la guerra moderna y los métodos bélicos del enemigo que varían cada vez con mayor peligrosidad, nos proponemos evolucionar de manera más ofensiva y sin límites nuestra capacidad de defensa, modernizar en lo técnico a nuestro ejército y equiparlo con más medios potentes.
El mundo cambia constantemente con el rápido desarrollo científico y técnico y es muy grande la influencia de este cambio importante sobre la seguridad de cada Estado.
Tener que adaptarse y enfrentarse con rapidez y agilidad a los cambios del mundo objetivo constituye hoy en día una característica de la misión principal del sector de defensa nacional y su rumbo de desarrollo.
La capacidad militar se debe renovar sin interrupción.
El detenimiento de la fortaleza militar significa el inicio de la debilidad de defensa.
Nuestro Partido y Gobierno prestarán más atención y meditarán más a este respecto, proyectarán más labores de largo alcance y las materializarán con iniciativa.
Compañeros:
Debemos avanzar firme, invariable y más vigorosamente en apoyo a la línea de autodefensa, cuya cientificidad y poderío fueron confirmados en nuestra prolongada práctica revolucionaria. Esto nos promete la eterna seguridad y futuro de nuestro Estado y pueblo.
Allanar el camino y la voluntad que esto implica son nuestra mayor dignidad, orgullo y gloria.
Nuestro Partido y el Gobierno se dedicarán de lleno a cultivar mayor capacidad militar y técnica y poseer mayor fuerza militar y con esa enorme capacidad defenderán a nuestra patria gloriosa, la República Popular Democrática de Corea.
Deseo que todos los compañeros que han participado en la ceremonia de hoy pasen momentos gratos recorriendo la exhibición con el orgullo merecido de nuestra capacidad de defensa nacional y con el optimismo y la convicción de su desarrollo duradero.
Gracias.