Con ardiente amor al ser humano
Un día de invierno del año pasado, se llevó un grave herido en la pierna a causa de un accidente, a la ortopedia de extremidades del Hospital Universal n.° 2 de la ciudad Pyongyang.
A causa de la grave hemorragia y la fractura, comenzó ya la necrosis en la herida.
Si no cortaran la pierna de inmediato, corría el peligro su vida.
El herido era el joven de 24 años de edad, conocido como innovador en el campo de la construcción.
Ante el dictamen médico de cortarle la pierna, el doctor Choe Pyong Gwon cayó en contradicciones antagónicas porque la preocupación por el futuro del joven no le hizo lanzarse en seguida a la operación.
El análisis anatómico y el intercambio de opiniones en cuanto al estado del enfermo en la reunión consultiva médica de la sección ...
Choe Pyong Gwon emprendió la terapéutica, con la audaz decisión de valerse de la vena que no estaba cortada aún por completo.
Recuperar la vena y hacer circular bien la sangre fueron el foco del tratamiento.
Sin apartarse del enfermo, Choe estudió los datos técnicos relacionados con la cirugía vascular, para aplicarle a base de ello nuevos métodos de cura.
Después de más de 10 días, comenzó a fluir la sangre por el vaso sanguíneo del enfermo.
Seguidamente, se llevaron a cabo varias veces la operación para recuperar los huesos fracturados y unas 10 reuniones de consulta médica.
Por fin, el enfermo llegó a andar a pie por la afanosa asistencia médica de más de 270 días.
Esto es el fruto de la infinita devoción del trabajador médico, poseedor del auténtico amor al ser humano.
Choe Pyong Gwon dice:
"Proteger la vida y salud de los enfermos es la debida obligación de nosotros, los trabajadores médicos.
En adelante también, con cálida devoción y alta maestría médica, cumpliré con mi responsabilidad y deber por la vida y salud del pueblo."
Hoy también, él, dueño de cálida humanidad, se esfuerza para devolver la salud a los enfermos.