Durante 14 años...
Mun Hyon Suk, mujer residente en el barrio de Son-gyo n.° 1 del municipio homónimo de la ciudad Pyongyang, volvió a andar al cabo de 14 años gracias a la sincera asistencia y devoción de la médica Choe Un Ju.

Ubicada en la Policlínica de Son-gyo en 2010, la médica dio su primera vuelta por los hogares de la zona encargada y en ese proceso se enteró de que la mujer Mun no podía andar.
La médica consultó este problema con peritos de hospitales centrales y llegó a tener la convicción de que sería posible resucitar los nervios inactivos por método de estimularlos con acupuntura y masaje.
Desde entonces, visitó como a diario el hogar de la paciente.
Le aplicó la acupuntura y el masaje durante varias horas, empapándose del sudor, y los combinó con la ingestión de medicamentos Coryo y alimentos nutritivos, tal como le aconsejaba su madre que era médica también.
Cuando la enferma sintió dolor en su cuerpo paralizado al cabo de 3 años, Un Ju no pudo contener inmensa alegría.
Pero, días después se empeoró de nuevo la situación.
Aún después de 5 años no tuvo éxito esa cura que pensaba en terminar dentro de 2 ó 3 años.
Entonces la gente decía que la médica se dedicaba a lo imposible de realizar y ella se sentía angustiada.
Un día vio que el primogénito de la paciente se alistaba en el ejército, después de graduado del curso secundario.
La mujer lo enviaba al puesto de defensa de la patria, aun guardando la cama. Esta postura le dio gran impacto espiritual.
Por eso, se ocupó con más afán de su terapéutica, hasta que ella se levantara de la cama.
"La médica venía a nuestro hogar a asistirme y atender a mis hijos. Dicen que no hay hijo filial en la enfermedad prolongada. Sucede disgusto entre los familiares. Pero, ella no faltó ni un día en visitarme, con una gesta amable siempre.
Ella tiene la edad menor que mi hermano menor. Pero, se parece a mi madre o a mi hermana mayor, al verla asistirme y a mis familiares. Ella ya está familiarizada con nosotros. No sé cómo manifestarle mi agradecimiento."
"Yo estaba casi perdiendo la esperanza del restablecimiento de mi mujer, porque su mal duraba mucho. La médica de atención zonal la asistió y atendió a mis dos hijos con el mismo sentimiento que la madre. Hasta hoy acude a brindarnos su ayuda. Lo agradezco mucho."
Dicen sinceramente la mujer Mun Hyon Suk y su esposo Cha Sok Hui.
Sin embargo, Choe Un Ju dice que ello es cosa que la médica de atención zonal debe hacer.
"Considero siempre a los pacientes como mis queridos seres."
De hecho, es irrompible el afecto fraternal.