Estaba enfilada ahí la guardia de honor del Ejército Popular de Corea.
El Secretario General colocó en la plataforma de ofrendas una flor en representación del Partido y el gobierno y guardó un momento de silencio con todos los participantes en memoria de los mártires revolucionarios que ofrendaron su vida a la sagrada causa por la independencia de la patria y la defensa de su soberanía.
Se efectuó un desfile de la guardia de honor del EPC.
Recordando con emoción la noble vida de la primera generación de la revolución que registró en los anales el enorme mérito histórico de derrotar en una generación a los dos poderosos enemigos imperialistas acatando con fidelidad absoluta la idea y dirección del Presidente
Dijo que hoy también, están presentes en el alma de los descendientes como pilares espirituales los combatientes que confirmaron como verdad absoluta en la larga y ensangrentada lucha antijaponesa y bajo la lluvia de balas y bombas de la pasada guerra coreana el hecho de que es posible crear el milagro mundial sin precedentes si se cuenta con la fuerza de gran unidad monolítica entre el líder y el pueblo y el indoblegable poderío espiritual del ejército y el pueblo que aceptaron como fe la justeza de su causa.
La mejor de las proezas acumuladas por los mártires ante la patria y la revolución reside en haber desarrollado la tradición de victoria de la guerra antijaponesa como la eterna de la lucha antiimperialista y antiyanqui y de Corea y extendido el espíritu revolucionario del Paektu al ideológico de todo el pueblo, destacó y prosiguió que cuando esta mentalidad persista en todas las generaciones y éstas formen un organismo siempre vital, el 27 de julio brillará eternamente como símbolo de la Corea socialista y pronombre de invencibilidad.
Rindió homenaje a los mártires deseando que sea honrado para siempre el espíritu de estos creadores del noble patrimonio ideo-espiritual para el gran Estado y pueblo coreanos y de la eterna tradición revolucionaria.