Le acompañaron Pak Jong Chon, secretario del Comité Central y vicepresidente de la Comisión Militar Central del PTC, y No Kwang Chol, ministro de Defensa Nacional de la RPDC.
El Secretario General fue recibido sobre el terreno por Ri Yong Gil, jefe del Estado Mayor General del EPC, y el jefe y otros comandantes de la gran unidad combinada.
Cuando llegó a la comandancia, todos los oficiales y soldados dieron estruendosas vivas al gran comandante de acero quien con su extraordinaria idea estratégica militar y destacado arte de mando abrió una era de gran ascenso de las fuerzas armadas revolucionarias y sigue fortaleciéndolas como ejército invicto de carácter revolucionario.
Envió un saludo de estímulo a los oficiales y soldados de la unidad que defienden fidedignamente el territorio patrio manteniéndose siempre en la perfecta disposición de guerra y movilización en la avanzada de la frontera.
Tuvo lugar una ceremonia de recibimiento al Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la RPDC.
Junto con sus acompañantes,
Recordó con profunda emoción las imborrables hazañas de dirección del PTC registradas en la trayectoria combativa de la unidad llena de orgullo y gloria.
Organizada durante la enconada Guerra de Liberación de la Patria, la unidad formó a más de 100 héroes de la República, entre ellos los dos veces héroes de la República, manifestando el coraje sin par en la retaguardia enemiga y la defensa desde la posición, y viene ostentando siglo tras siglo y década tras década la fama de la unidad donde se lanzó por primera vez la consigna "Uno contra cien enemigos", destacó.
Esa historia deviene la miniatura orgullosa de los resonantes éxitos y muchas proezas del EPC que apoya con el fusil la gran empresa de la prosperidad del Estado y el fortalecimiento del ejército, continuó.
Doblegar al enemigo con la superioridad ideo-espiritual asegura la victoria de la batalla y la guerra, recalcó. Prosiguió que nuestro EPC será invencible para siempre cuando establezca y mantenga la concepción y posición autóctonas e inconmovibles sobre el enemigo y la guerra.
Guiado por el jefe del cuerpo de ejército, se dirigió al puesto de mando de la gran unidad combinada.
Tras recibir el parte del jefe del cuerpo sobre los movimientos enemigos, revisó los preparativos de sus brigadas dispuestas a entrar en el combate en cualquier instante.
Se reunió aparte con los comandantes principales del cuerpo para examinar los documentos importantes que reflejan el plan de acciones militares de la unidad frente a los distintos giros de la situación.
El preocupante ambiente de seguridad que encaramos exige de modo perentorio al EPC seguir volcando los esfuerzos para incrementar la capacidad de ejecutar la guerra y adoptar de forma estricta las medidas encaminadas a preservar cabalmente la seguridad estatal al mantenerse siempre en el predominante estado de disposición para la guerra, subrayó.
La actual condición en que ha cambiado el carácter de la alianza República de Corea-EE.UU. y la influencia que ejercen sobre la seguridad de nuestro Estado las acciones militares más evolucionadas y de carácter agresivo del enemigo nos recalcan la importancia de fortalecer el disuasivo nuclear del Estado y evidencian su justeza, apuntó.
Luego de revisar varios documentos, apoyó la decisión del cuerpo de ejército reconociendo que éste trazó correctamente los planes frente a disímiles situaciones.
Una vez más nuestro ejército ha de tener bien presente la realidad innegable de que la República de Corea es un país extranjero y obviamente hostil, subrayó y continuó:
Hace dos días, destruimos totalmente las carreteras y ferrocarriles que nos enlazaban con el territorio de ese país. Esto significa, más que un simple cierre físico, poner el fin a las desavenencias con Seúl que han persistido siglo tras siglo y descartar por entero la trivial conciencia del compatriota y la percepción irrealista de la reunificación.
Es algo así como un ultimátum por el que si en adelante nuestra soberanía se ve violada por parte de la RC, Estado hostil de pies a cabeza, nuestras fuerzas físicas se utilizarán libremente sin restringirse por más tiempo por las condiciones. En caso de que nuestras fuerzas de ataque se emplean bajo la premisa de "por si acaso", como ya hemos aclarado, eso será una represalia legitima a un país enemigo y no a los connacionales.
La paz que se defiende con una gran fuerza capaz de controlar y contener al enemigo es confiable, estable y duradera. Y he aquí la segura garantía del bienestar y porvenir de nuestro Estado y pueblo. Por esa paz verdadera, nuestro ejército debe ser ciertamente más fuerte y lo será sin falta.
El mismo día, se retrató con los integrantes de la comandancia en ocasión de su visita a ella.
Cuando llegó al lugar para fotografiarse, todos los reunidos le aclamaron con la infinita gratitud al comandante de acero que les enseña estrategias infalibles, los infunde de inigualable valor y fe y guía al EPC por el camino de la victoria.
Volvieron a estallar las aclamaciones de "Defensa a ultranza".
Todos los militares tomaron la firme decisión de luchar a costa de la vida por el estimado compañero