La sede de función estuvo invadida por el sentimiento de añoranza al gran Líder quien está vivo para siempre en el corazón del pueblo coreano y los demás progresistas como líder más destacado del siglo 20 y hombre virtuoso sin igual.
Presenció la gala musical el estimado compañero
Se distinguían entre los espectadores el premier de la RPDC, Kim Tok Hun, y la canciller Choe Son Hui.
Ocupaban las butacas Kim Yong Nam, Pak Pong Ju y otros cuadros veteranos que han trabajado largo tiempo en los órganos del partido, el gobierno y el círculo militar, los familiares de los mártires revolucionarios antijaponeses, las personas relacionadas con la lucha revolucionaria antijaponesa y sus familiares, los ameritados y los capitalinos.
Fue interpretado el himno nacional de la RPDC.
En la función iniciada con el coro y música orquestal "Nuestro Líder", se presentaron las canciones famosas y los himnos de eternidad del líder que traducían el inmenso honor y orgullo del pueblo coreano que ha vivido y trabajado teniendo como su líder y padre al gran hombre sin par en la historia de la especie humana.
Los ejecutantes describieron en tono patético el sentimiento de veneración al líder antecesor quien bajo la bandera del Juche, convirtió la historia nacional de martirios a causa del servilismo a grandes potencias y el arruinamiento del país en la gloriosa de prosperidad nacional y forjó el futuro prometedor de la Corea socialista superando al frente las dificultades y adversidades en la obra por la libertad y felicidad del pueblo y el desarrollo independiente del país y la nación durante 70 años desde su adolescencia cuando inició su carrera de revolucionario.
A través de las piezas que aumentaban el orgullo por la gran unidad monolítica, dignidad y futuro maravilloso, basados en esa época gloriosa, los espectadores se quedaron convencidos de que es el ejemplo de vida y lucha para el pueblo en su proceso revolucionario la biografía épica del gran Líder quien creó el modelo mundial de construcción de un Estado socialista y dio inicio a la nueva era de independencia con su perspicacia extraordinaria, idea y teorías excepcionales y prácticas revolucionarias singulares.
La oda que le dedica todo el pueblo "El Líder vive siempre en nosotros" marcó el clímax del concierto que volvió a constatar la verdad de que la idea revolucionaria y hazañas del Presidente garantizan el futuro eterno de la Corea poderosa.
Todos los espectadores redoblaron la voluntad de extender la historia del país próspero y ejército poderoso a la interminable de la potencia de