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Hacer invicto el poderío de la República
  En la historia de 77 años de nuestra patria, saturada de la victoria y gloria, lucen las indelebles proezas realizadas por el gran Dirigente Kim Jong Il haciendo invicto el poderío de la RPDC.
  El primero de septiembre de 1960, día de ingreso en la Universidad Kim Il Sung, él subió a la cima de la colina Ryongnam y expuso su propósito de hacer honor a Corea en todo el mundo,- dijo An Su Byol, conferencista del Museo de la Revolución Coreana, y subrayó:
  "Aquel día histórico, el gran General Kim Jong Il afirmó que tener bajo propia responsabilidad la revolución coreana y llevar adelante la causa del Líder generación tras generación era nuestra noble obligación asumida ante la época, la revolución, la patria y el pueblo.
  Y recitó un poema, en traducción de su propia convicción y voluntad de abrillantar Corea en el mundo, en acato al alto propósito del gran Líder Kim Il Sung.
  Aquello es precisamente la inmortal obra maestra '¡Corea, te haré grande!'".
  Con tal propósito, él, poseedor de extraordinaria clarividencia, hizo brillante realidad el deseo del gran Líder Kim Il Sung de convertir la patria en una potencia durante decenas de años de su destacada dirección.
  Desarrolló y enriqueció la inmortal idea Juche como la guía rectora de la construcción de nuestro Estado e hizo materializarla a cabalidad en la construcción y actividades estatales.
  Que Corea brille sin falta en el mundo como un país poderoso, aun en cualesquier adversidades, esto fue la inmutable voluntad del gran Dirigente Kim Jong Il.
  A mediados de la década de 1990, cuando el destino de nuestra patria y del socialismo se enfrentaba al grave desafío, él alzó la bandera de Songun.
  Hizo establecer el sistema de administración estatal para llevar a cabo todas las labores de la revolución y construcción, cabalmente sobre el principio de dar prioridad a los asuntos militares. Y recorrió sin cesar atravesando por abruptos caminos y altas elevaciones como los montes Taedok, Osong, y Chol, las cotas 351 y 1121 y la isla Cho, con el fin de fortalecer el poderío militar y desarrollar la industria de guerra autodefensiva.









  Gracias a su dirección de la revolución Songun, el Ejército Popular de Corea se preparó como invencibles fuerzas armadas revolucionarias sin rival y perfectas en lo ideo-político y técnico-militar, y nuestra República se convirtió en el país fabricador del satélite artificial de tierra y poseedor de las armas nucleares.
  Por haber defendido la dignidad y el honor del socialismo y del pueblo, desbaratando a cada paso las maniobras de los imperialistas y otros reaccionarios, la RPDC se hizo el foco de la época.
  El gran General Kim Jong Il adornó todo el proceso de la dirección de la revolución Songun con el amor y confianza a y en el pueblo y militares. Acudió a cualquier lugar donde estaban el pueblo y los soldados, para infundirles vigor y ánimo y prodigarles el afecto paternal, y atendió hasta el fin y con responsabilidad el destino de ellos.
  De ahí que el pueblo le siguió con invariable y absoluta confianza en él, y luchó heroicamente por la prosperidad de la patria, con el poderío de la unidad monolítica en torno suyo.

 



  Brillarán para siempre en la historia las indelebles proezas del gran Dirigente Kim Jong Il en la transformación de nuestra República en el país socialista indestructible.