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Factores de la gran victoria en la guerra
  El gran Líder y comandante de acero, Kim Il Sung, salió siempre victorioso con la genial estrategia y arte de mando militares.
  Bajó por primera vez en la historia los humos a los imperialistas norteamericanos que se jactaban de su supremacía en el mundo y manifestó ante todo el mundo el espíritu de la Corea heroica al conducir a la victoria brillante la Guerra de Liberación de la Patria.



Victoria de la ideología

  Se puede decir que la guerra es el enfrentamiento entre los fuegos y también entre las ideologías y las perspicacias y destrezas militares.
  La brillante victoria en la Guerra de Liberación de la Patria fue el triunfo de la idea Juche concebida por el gran Líder y de las orientaciones militares basadas en ella.
  Se puede citar por ejemplo las de convertir la Guerra de Liberación de la Patria en la de todo el pueblo, mantener con toda seguridad la supremacía político-ideológica y estratégico-táctica del ejército en todo el proceso de la guerra, asegurar por propia cuenta la demanda material de la guerra y realizar bien las batallas en montañas y las nocturnas combinando bien el combate de grandes destacamentos con el de pequeñas unidades y la guerra regular con la guerrilla.
  Todas ellas fueron las más científicas y revolucionarias doctrinas nacidas del principio de la teoría de la idea Juche y las originales creadas a  nuestro estilo a base de la concreta realidad y condiciones de nuestro país.

Victoria de la estrategia y tácticas

  El gran Líder Kim Il Sung abrió con iniciativa la coyuntura trascendental de la victoria de la guerra, convirtiendo la adversidad en circunstancia favorable con su destacado arte de mando militar.



  Orientó a responder a la sorpresiva invasión armada enemiga con el contraataque inmediato y total y a desplegar el golpe ininterrumpido y el asedio y aniquilamiento del colectivo enemigo en todo el frente, la formación del segundo frente en la retaguardia enemiga con las unidades regulares, los combates en montañas y nocturnos, la activa defensa de posiciones y asaltos, los movimientos de francotiradores y de caza de aviones y tanques y otros muchos más.
  Aquellas estrategias y tácticas fueron tan clarividentes, ingeniosas y destacadas y nadie del mundo las concibió antes.
  Es por esta razón que el ex-presidente de Portugal, quien fungió como jefe del Estado Mayor del ejército portugués durante la guerra coreana, afirmó:
  "A la sazón, el plan operacional de Estados Unidos fue trazado al cabo de la discusión en varias reuniones de altos oficiales como jefes de Estado Mayor y especialistas militares de los países occidentales que lo seguían. Lo venció a solas el General Kim Il Sung. Viéndolo con mis propios ojos, me di cuenta de que él era el único genial estratega militar del mundo y gran jefe militar."

Victoria de la fuerza espiritual

  El factor decisivo que determina el destino de la guerra, no son armas o equipos, sino la mentalidad de los que los maneja.
  Esto es precisamente la concepción del gran Líder Kim Il Sung sobre la guerra.
  Convencidos de que la victoria en la guerra sería suya si los conducía el gran Líder, los soldados del Ejército Popular de Corea, unidos firmemente en torno a él, pasaron al contraataque inmediato y decisivo desde el comienzo del conflicto, dando demoledores golpes sucesivos a los agresores.
  De este modo cambiaron completamente la situación de la guerra.



  Ellos dedicaron sin titubeo hasta la vida en defensa de una pulgada de la tierra patria, y los habitantes de la retaguardia fabricaron granadas, haciendo girar máquinas con manos, y llevaron los víveres bajo lluvia de balas y proyectiles.
  De hecho, el espíritu de defensa de la Patria y el heroísmo masivo manifestados por los militares y civiles de Corea fueron un factor importante de la brillante victoria en la Guerra de Liberación de la Patria.