Pensando solo en el pueblo
El pueblo coreano lo acoge con la intensa añoranza y vehemente veneración.
Y rememora con emoción toda su vida adornada con el infinito amor y abnegado servicio al pueblo.
Él trabajó con abnegación, poniendo siempre la demanda e intereses del pueblo en el primer lugar de todas sus meditaciones y práctica.
Le dominaba constantemente la idea de cómo hacer para ofrecerle lo mejor y buenas condiciones de vida.
Por eso, acudió a todos los rincones del país, ora en la madrugada ora en la noche muy avanzada.
Por doquier se encuentran tiendas, fábricas y escuelas visitadas por él.
Kim Kwang Hui, dependienta de la Tienda de Janggyong del municipio Sosong, dijo que su centro laboral era también testigo del inmenso amor del gran Dirigente al pueblo, y continuó:
"El gran Dirigente
'Como el pescado seco condimentado es la comida preferida por nuestro pueblo, es preciso elaborarlo y venderlo entre los alimentos suplementarios. Ello alegrará a las trabajadoras. En la tienda deben elaborarlos sabrosamente para que la población los compre con gusto.'
Aquel día, él probó hasta la pasta de soya que se suministra a los habitantes y dijo que su color no era bueno, aunque tenía el sabor aceptable, y que si se ponían a la venta la pasta de soya con pimiento y la salsa condimentada, se alegraría el pueblo.
A continuación señaló que los trabajadores de la tienda hacen la labor muy importante y honrosa para atender con responsabilidad la vida poblacional, y que las vendedoras deben mejorar el servicio a los habitantes con el honor por su trabajo."
Era precisamente el gran Dirigente quien encontraba su inmenso placer y orgullo en la dicha del pueblo, no cesaba de meditar y practicar en bien de éste y preparaba lo mejor sin escatimar nada si era para su bienestar.
Gracias a él que no anteponía el provecho económico, surgieron en esta tierra numerosas creaciones para que la población disfrutara de mil fortunas de generación en generación.
El gran Dirigente
Ora hizo visita al hogar de matrimonio de los desmovilizados de Taehongdan, antes que sus padres, aceptando con gusto la petición de dar el nombre al bebé a nacer, ora pasó sin cumplido por las pequeñas casas de las islas solitarias y de la aldea montañosa para conocer la situación de la vida económica.
La trayectoria recorrida de este modo por él llega a unos 670 000km, equivalentes a casi 17 vueltas por el globo terráqueo.
En realidad, su vida brillará eternamente junto con el vocativo "Pueblo".