43 años y 480 000km

En el Cuerpo de Locomotoras de Pyongyang Oeste perteneciente al Departamento del Ferrocarril de Pyongyang se encuentra Kim Myong Won quien viene trabajando como maquinista durante largos años.
Tiene hoy 65 años de edad.
Él nació en la familia de guardavía de una estación montañosa solitaria de la provincia Jagang y creció escuchando la sirena de la máquina como arrullo.
Acompañando al padre en la gira por las vías férreas en su niñez, él soñó con ser maquinista.
En su mente quedó grabada la imagen de su padre de cuando atendía con limpia conciencia las líneas ferroviarias solitarias, llevando siempre a cuestas la mochila llena de piezas de fijación del ferrocarril, sin importarle que ello fuese reconocido o no.
Después de terminado el curso universitario, él se hizo maquinista tal como deseaba.
Él estaba al tanto del estado de la locomotora y del tramo de su circulación como a la palma de la mano, para acarrear más cargas.
43 años de servicio como maquinista, 480 000km de la distancia recorrida conduciendo la locomotora y más de 12 mil piezas de repuesto de unas 130 variedades preparadas por propia cuenta para la circulación sin accidente, estas cifras dicen cuán limpia era la conciencia que Kim Myong Won tuvo al haberse consagrado calladamente, sin que ello se reconociera o no por otros.

Mientras aseguraba la circulación sin accidente, él formó a decenas de hombres como maquinistas.
Él era quien se sentía orgulloso del aporte hecho a la patria y se esforzaba voluntariamente para aliviarle al país el pesado cargo que tenía.
En alto elogio sobre su conducta, el país le honró con el título de Maquinista Benemérito, lo calificó como Hombre de Mérito Patriótico Socialista y le ofreció incluso una vivienda lujosa.


El día de su regreso después de terminado el servicio de circulación, es la fiesta para sus familiares, por reunirse todos en la casa.
A veces le preguntan cuál momento le alegra mucho, él les dice que cuando llega a ciudades, aldeas y costas, con la mayor carga de transporte.
A veces le preguntan cuál momento le alegra mucho, él les dice que cuando llega a ciudades, aldeas y costas, con la mayor carga de transporte.