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Autoestima reflejada en 100% (2)
Riqueza
  El doctor Kim Pyong Ho, jefe de la sucursal, y el colectivo del Centro de Investigación de Ingeniería Mecánica de la Academia Estatal de Ciencias pusieron manos a la obra, con la concepción de comenzar lo todo desde la nada.



  Como el estudio sobre la bola de perforación de diamante requería amplios conocimientos de las ciencias de materiales de metal, mecánica, de perforación y otras conexas, las estudiaron a fondo, ahorrando el tiempo. Al mismo tiempo, se dedicaron con mucho trabajo a conocer bien la tendencia mundial del desarrollo de herramientas con diamante, fabricar los artefactos necesarios y establecer los procesos técnicos.
  Lo rememora el doctor Kim Pyong Ho:
  "Era importante unir el diamante al acero. Procuramos hacerlo no a alta temperatura, sino a la baja, con el fin de no alterar el carácter físico del diamante. Pero, ello no se lograba con los materiales de peltre o castina común."
  El doctor Kim resolvió uno a uno los problemas técnicos surgidos, por método peculiar a propio estilo. En ese proceso desarrolló nuevos materiales y asentó hasta el cimiento para elaborar lo deseado.
  El éxito nunca se alcanza con facilidad.
  Lo hecho por el nuevo método, no perforaba bien la dura capa de la roca. Para resolver este problema, Kim Pyong Ho debió realizar una afanosa investigación que duró más de 10 años.
  Él acudió al Complejo Minero de Musan y otras muchas unidades, en cuyas profundas galerías efectuó innumerables pruebas, en cooperación con los técnicos y obreros lugareños.
  Ora pasó noches en vela en el laboratorio para obtener la materia prima de metal de alta pureza, ora debió consultar obras técnicas de la esfera química y efectuar riesgosos ensayos de comparación, con miras a elevar el rendimiento de la bola de perforación.
  Al solucionar una dificultad, aparecía la otra, y lo que consideraba correcto terminaba con el fracaso.
  Es natural que la creación no se logre como ir con el viento en popa y a toda vela.
  Al ver que no se mejoraba el rendimiento de la bola de perforación de diamante, hubo quienes decían que él se dedicaba en vano a la obra irrealizable. Incluso, algunos del colectivo vacilaban diciendo que no había ninguna posibilidad de ver su fin.
  Pero, el doctor Kim Pyong Ho y su colectivo redoblaron esfuerzos, dándose mutuamente estímulo. Siguieron sin titubeo la difícil investigación, con la concepción de que nadie lo haría, a excepción suya.
  Gracias a tales tesoneros esfuerzos, se investigó y fabricó por fin la bola de perforación de diamante cuyos todos los índices técnicos llegaban al nivel avanzado.
  Evocando aquel suceso de realizar sobre el terreno la prueba de su capacidad, el doctor afirma:
  "Al ver que nuestro invento funcionaba bien en distintas capas rocosas, los exploradores de geología y los directivos de Komdok dijeron al unísono que la invención era muy buena y estaba hecha a nuestro estilo."
  Con posterioridad, el doctor Kim y su colectivo profundizaron el estudio para desarrollar nuevas herramientas, a base de la técnica y experiencias adquiridas en aquel proceso para lograr la fabricación nacional de la bola de perforación de diamante.



  Gracias a ello nacieron la técnica de conseguir polvos de aleación metálica de alta pureza y el nuevo complejo metálico conveniente a las variedades y características de la roca y al objeto de trabajo. Se preparó hasta la base para elaborar distintas clases de las herramientas de diamante.
  De este modo, Kim Pyong Ho y su colectivo hicieron gran aporte al desarrollo económico del país con propio logro de investigación.
  "Como mis conocimientos son de la patria, nuestros logros también, su preciosa riqueza. Debo procurar que tales acervos se contribuyan para siempre a la patria."
  Con tal concepción, Kim Pyong Ho incorporó hasta a sus dos yernos a la labor investigativa, con el ardiente deseo de que ellos hicieran lucir más el invento hecho conjuntamente por él y su colectivo, como una preciosa riqueza nacional.