Publicada declaración del subtitular general de la Dirección General de Armamentos del MINDEN de la RPDC
La nota completa va como sigue:
Las relaciones de alianza EE.UU.-Japón, llamadas eje medular del sistema de alianza militar bajo el mando de EE.UU. en la región de Asia-Pacífico, dan cada día con nueva apariencia la señal de inestabilidad a los países periféricos y la sociedad regional.
A citar un ejemplo, los dos países acordaron oficialmente producir en común el misil aire-aire de último modelo "AIM-120", con motivo de la reciente visita al país isleño del secretario de Defensa norteamericano.
Lo grave del caso es que no se puede interpretar como una simple producción de arma para avión de combate con fines de defensa y control del espacio aéreo. Su peligrosidad se pone de relieve si se toma en consideración la peculiaridad del ambiente geopolítico y de seguridad militar de Nordeste de Asia.
Según la doctrina militar de las fuerzas aéreas norteamericanas, la introducción y uso de gran cantidad de armas aéreas sofisticadas de largo alcance como "AIM-120" permitirán tomar el dominio aéreo y neutralizar de manera preventiva el sistema antiaéreo de los países enemigos, y la salida inmediata de los cazabombarderos estratégicos asestará el golpe demoledor a la profundidad estratégica enemiga.
En este sentido, "AIM-120" es nueva "arma de disposición conjunta" de la alianza militar EE.UU-Japón que se convierte en la de ataque y agresión.
La fabricación conjunta de arma sofisticada que persiguen EE.UU. y Japón acarrea un ambiente desfavorable a la región de Asia-Pacífico adicionando un nuevo factor de inestabilidad estratégica.
Por cierto, se cambia el foco de la estrategia de seguridad militar de EE.UU. con fines hegemónicos y esto es una nueva señal de alarma para la región de Asia-Pacífico inclusive los países de Nordeste de Asia.
En el futuro también la tarea primordial de la RPDC será la preparación del fuerte disuasivo capaz de enfrentarse al inestable ambiente estratégico creado en su contorno por parte de EE.UU. y sus aliados y hacer a los países enemigos renunciar su ambición política y militar.
Continuarán nuestros esfuerzos por aplicar el remedio más acertado para controlar la tensión militar de la región y no se permitirá nunca el intento de Washington y sus sirvientes de tomar la hegemonía militar.