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Comienzo y final de la vida
  Para vivir una vida hermosa es más importante el final que el comienzo.
  El anciano Ho Sung Kil, residente en el barrio Kyogu del municipio Jung de Pyongyang, se dedicó casi en toda su vida al servicio militar.
  Ingresó en el EPC después del curso secundario y se dedicó a la defensa de la Patria durante más de 40 años, considerándola como máxima expresión del patriotismo.
  En aquellos días participó en una importante conferencia del ejército y recibió hasta alta condecoración.
  Él dijo que se sentía muy apenado cuando se desmovilizaba hace años.
  Pero, renovó la decisión de servir con lealtad y de modo invariable a la Patria y al pueblo, al igual que en la época de servicio militar.
  Un año después, él leyó la carta abierta que el estimado camarada Kim Jong Un enviara a todos los militantes partidistas de Pyongyang desde el lugar damnificado por el tifón en la provincia Hamgyong del Sur.
  Conmovió mucho su corazón cada párrafo del mensaje que exhortaba a consolar con afecto a la población de las zonas afectadas y brindarle sincera ayuda para resarcirse cuanto antes de los estragos.
  El anciano escribió cartas a los militantes partidistas que acudieron al campo de recuperación de los daños y les envió materiales de ayuda preparados con toda sinceridad.
  Cuando se creó en el país la grave crisis de salud pública en 2022, dio activa ayuda material y espiritual a los vecinos que tenían dificultad en la vida.
  Asiste además con el afecto fraternal a dos ex-militares heridos de honor de especial categoría.
  De este modo, deja estampadas sus huellas de limpia conciencia y abnegación en bien de la Patria y el pueblo, sin importarle que ello sea reconocido o no.
  "Si gozo solo de los favores por haber hecho el servicio militar, no podré ser un hombre digno.
  Pienso que hacer algo útil para la Patria es la obligación del ciudadano. Para cumplir con esta obligación, atiendo a los ex-militares heridos de honor de especial categoría, hice cuanto pudiera en bien del país e incorporé a mis familiares a esa labor. Por eso, ahora todos mis hijos y nietos visitan a aquellos desmovilizados heridos. Pienso que esto constituye la preciada herencia espiritual que la anterior generación debe legar a la nueva.
  Hasta el último momento de mi vida dedicaré todo lo mío a la labor patriótica y guiaré a mis familiares a continuar el linaje del patriotismo."
  Para el ser humano es importante el comienzo de la vida, pero lo más importante es su final.