Lo comprueba bien el concurso de productos que incorporan a todos sus empleados.
  El oficinista Pak Yong Sam dice:
  "Hacemos que todos los trabajadores inventen algo, bien conscientes de que el desarrollo de nuevo artículo no es obra exclusiva de una o dos personas especiales. Les permitimos realizar visita a otras unidades, cuando la desean, y les aseguramos materias primas y materiales, cuando se entregan a hacer lo nuevo. Si nace algo nuevo en este proceso, lo sometimos a la evaluación de los directivos y luego, de los empleados en el concurso semanal o mensual. Si el producto se valora positivamente, realizamos discusión sobre su eficiencia y la posibilidad de convertirlo en mercancía."
  En cuanto al mejor invento, la junta directiva de la planta lo pasa a la mayor producción, a base de la técnica de elaboración.
  Orienta asimismo a investigar hasta el método de elevar la calidad y rebajar el costo.
  Sobre todo, después del concurso, realiza en el propio centro laboral el curso técnico a cargo de los trabajadores calificados.
  Como resultado, el concurso sirve de importante espacio para tener amplia visión e intercambiar técnicas y experiencias.
  Con el crecimiento del entusiasmo competitivo, en esta fábrica se registran éxitos incluso en el desarrollo de nuevas mercancías.